martes, 14 de julio de 2009

No hay de qué

En estos días, con la paranoia del virus H1N1, escuché dos veces la misma metida de pata, en una conversación entre una periodista (muy famosa) y un ministro (muy nuevo). No es nuestro ánimo ser criticones, sino aportar un poco de estética a nuestros discursos.
La periodista interrogó al ministro sobre las medidas que se tomarían para prevenir el contagio, y expresó: “todos sabemos de que…”. El ministro, por su parte, respondió: “ya se dijo de que…”.
Eso se llama “dequeísmo” (y tuvimos un presidente argentino que lo usaba tooooodo el tiempo). La preposición de se ubica delante de una subordinada encabezada por que sólo algunas veces.
¿Cómo nos damos cuenta cuándo va y cuándo no va? Es sencillo: reemplazando la proposición que comienza con que por la palabra “esto”. Así, mirá: “Todos sabemos esto” (no decimos *”todos sabemos de esto”, salvo que se trate de una disciplina, como sería “todos sabemos de medicina”, pero es incorrecto decir *“todos sabemos de que nos están engañando con este asunto del virus”; en este caso la preposición no debe estar. Lo mismo ocurre con los verbos de decir: “Ya se dijo que hay que lavarse las manos” (ya se dijo esto). Es incorrecto *”Ya se dijo de que hay que lavarse las manos”.

También ocurre al revés, son los casos de “queísmo”, porque algunas veces esa preposición debe aparecer. Por ejemplo: “Estoy segura de que la pandemia es un negociado” (Es incorrecto si reemplazo por “estoy segura esto”, debería reemplazar por *“estoy segura de esto”). Otros ejemplos son: “estoy convencido de que…” me alegro de que…” “me olvidé de que…”, “se queja de que…” “está seguro de que…”, y algunas otras formas.

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